Los pichiciegos, Fogwill

noviembre 06, 2012

Fogwill, Los pichiciegos

Los pichiciegos (topos), héroes de esta novela, fueron los desertores del ejército argentino que enfrentaba con pistolas de agua a los portaviones nucleares de Inglaterra. La guerra dicen que era por unos peladeros de pingüinos en el círculo polar que se llamaban Islas Malvinas. Dicen. Los pichiciegos se refugiaron de los dos bandos en un sistema de catacumbas y, para no morir por congelamiento, hacían tareas simples como imaginar mujeres desnudas, rezar al san Onan, insultarse, hablar del pasado y del porvenir y trocar información por latas de comida, cigarrillos y gasolina a los soldados ingleses, el enemigo. La novela cuenta la vida de esos topos en su sistema de trincheras. La narra un sociólogo que iba recogiendo los testimonios de viva voz del único sobreviviente. En ocasiones, la narración queda cortada para dar paso a los diálogos entre el narrador y su informante. La mirada del narrador tiene la distancia externa de quien no ha jugado fútbol en un campo de minas quiebrapatas. Es la mirada ávida y límpida de quien está a punto de descubrir una verdad y fija los ojos para no perderse los detalles significativos. Noble ejemplo literario el de aquellos que cuentan una guerra sin haber participado en ella. Creemos que la literatura debe aspirar a narrar grandezas, en temas y estilos, pero la verdadera grandeza está en los detalles simples que atenazan a la vida: un fogonero que cocina desnudo para sus compañeros en el reino de vulcano, un traductor de noticias que no sabe el idioma de que las vierte ni el que habla, un inventario de ilusiones que nunca podrán cumplirse, una guerra que no tiene sentido, porque se hace para distraer de otro horror. La guerra la hacen los jóvenes para que gobiernen los viejos. La guerra se hace para entretener a los tontos mientras se trama lo importante. Aquí está todo el fin de la dictadura militar argentina y su horror de cuerpos descoyuntados: El simulacro del nacionalismo. El simulacro de la información. El simulacro del heroísmo. Héroe es aquel que no pudo escapar.

Los pichiciegos, Fogwill, Editorial Arte y Literatura, La Habana 2006

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Maneki-Neco

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