Paisaje pintado con te, Pavic

marzo 23, 2009

Por qué no se me ocurrió a mi... al menos el título.
Paisaje pintado con té...
¿Qué cosa es eso?
Una novela-crucigrama, una novela que son muchas novelas y que se puede leer de mil maneras... ¿se acuerdan de Rayuela?
Pues así.
Y tiene algo que no se halla todos los días tampoco: la protagonista se enamora del lector.
Y las cosas que dice:

"¿Desde cuándo la muerte es un obstáculo menor que la simple página de un libro? ¿Es que las heroínas de Crimen y Castigo no te han conmovido jamás, a pesar de que ellas sean más sabias y mejores que tú, mi único amor? ¿Por qué no podía ser al revés? ¿Piensas que sólo tú teines derecho al libro, y que el libro no tienen ningún derecho a a ti? ¿Por qué estás tan convencido que no eres la fantasía de alguien? ¿Estas seguro de que tu vida no es una simple invención? ¿Es que no sabes que todos los lectores del mundo están inscritos en todos los libros como en los registros de fallecidos, nacidos y casados? ¿Es que no te casarás nunca en un libro?"

Ya era hora de que los personajes se acordaran del lector.
Se llama Vitascha, la de los calzoncitos mordidos por sus nalgas doradas. Una mujer perfecta: signo cáncer con los ojos puestos en Tauro. Es una máquina de sexo, en mi opinión. Cruel. Muy cruel. Le gustan más jóvenes que ella. !Qué crueldad! Desciende de una matrilinealidad que se remonta a Eva, sí, la de la biblia, la que se acostó con su hijo y causó el incesto del que venimos todos. Tiene una espalda acanalada que se une con sus nalgas. Y lo mejor: es bellísima y está enamorada de mí, porque su destino depende de que yo siga leyendo.
Es la historia de su marido, un arquitecto fracasado que no se puede enamorar y hace réplicas de las casas y palacios del mariscal Tito, el megalómano presidente de la gran Serbia Herzhegovina, la invasora, la genocida, y que dibuja con té.
¿Qué más quieren que les diga?
¿Que estoy muy ocupado escribiendo una novela?
Es lo mejor que he leído esta semana.

Su autor: Milorad Pavic.


"He sido escritor durante los últimos doscientos años. Hace tiempo, en 1766, un Pavic publicó una colección de poemas en Budim y nos hemos considerado una familia de escritores desde entonces. Nací en 1929 en los bancos de uno de los cuatro ríos de Paradise, a las 8:30 de la mañana. La primera vez que las bombas llovieron sobre mí, yo tenía doce años. La segunda vez ya tenía quince. Entre esos dos bombardeos caí enamorado por primera vez y estuve obligado a aprender alemán en la época de la ocupación alemana. También aprendí en secreto inglés, de un caballero que fumaba tabaco en una pipa. A la vez olvidé el francés por primera vez (más adelante lo olvidaría dos veces más). Finalmente, en una perrera, un oficial emigrante del imperio ruso comenzó a enseñarme el idioma de los libros de poemas de Fet y Tyutchev, los únicos libros rusos que él tenía. A día de hoy pienso que aprender idiomas es una forma de transformación entre las distintas personas. He amado a dos Juanes - Juan de Damasco y Juan Chrysostom (the Golden-Tongued). He tenido más éxito en el amor en mis libros que en mi vida. Con una excepción, que continúa a este día. Era el escritor menos leído en mi país hasta 1984, después de lo cual fui el más leído. Escribí una novela en forma de diccionario, una segunda en forma de crucigrama, una tercera en forma de clepsidra (reloj de arena) y una cuarta en forma de libro del tarot. Intenté que las novelas fueran lo menos problemáticas posibles. Creo que la novela es una clase de cáncer -viven de sus metástasis-. Ante mi asombro, mis libros se han traducido ya 73 veces a diversos idiomas. De pronto, no tengo ninguna biografía. Tengo solamente una bibliografía.
Los críticos en Francia y España han comentado que soy el primer escritor del siglo XXI, pero viví en el vigésimo siglo en el que la culpabilidad de la inocencia no tuvo que ser probada. Sabía que no debía tocar la vida con la misma mano que había tocado a los muertos en mis sueños. Las decepciones más grandes de mi vida han venido de mis victorias. La victoria no se paga. No he matado a ninguna persona. Pero me han matado. Mucho antes de mi muerte. Habría sido mejor para mis libros que su autor hubiera sido un turco o un alemán. Era el mejor escritor conocido de la nación mas odiada del mundo -la nación serbia-. El siglo XXI empezó para mí en la fecha de 1999, cuando los airforces de la OTAN bombardearon Belgrado y Serbia. Desde entonces el río Danubio, en cuyos bancos yo había nacido, no es navegable. Pienso que Dios me ha agradecido con un infinito favor concediéndome la alegría de la escritura, y me castigó en igual medida, quizás debido precisamente a esa alegría."

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